TU RECUERDO ES ETERNO

Le regalaba bastantes flores, pero aquella tarde le compré una maceta enorme, de esas con una especie de planta-árbol preciosa, brillante y resistente, con apenas necesidad de cuidados.

Comenzamos a hablar en el salón. Normalmente hablábamos de cualquier cosa que se me ocurriera, de la huerta (que le encantaba!) o de mi vida y mis sueños, pero ese día quise conocer muchos más detalles sobre su enfermedad y sus sentimientos. Recuerdo que me costó mucho empezar aquella conversación y profundizar en un tema que otras veces obviábamos cuando iba a verla.

Después de un buen rato…

– ¿Tienes miedo? – Le pregunté mientras mis ojos, cansados de reprimirse, se llenaron de lágrimas.

– Mucho, claro que lo tengo – Me contestó mientras bajaba la cabeza y rompía a llorar ella también, quizá agradecida porque yo hubiera abierto la veda primero.

Le prometí que al menos mientras esa planta estuviera bien, ella también lo estaría, pues era un símbolo de longevidad, y que ella debia cuidar la planta, y la planta la cuidaria a ella.

No se cuánto tiempo pasó entre ese día y el último, pero fue injusto que no fueran muchos más.

Hoy hace cinco años que murió mi ángel de la guarda o que un ángel volvía a su sitio, como me dijo mi madre aquella noche. Recuerdo como si fuera ayer las horas que pasé cogiendo su mano, mirándola, esperando y esperando a que acabara de morir, sin querer soltarla, susurrandole recuerdos y haciéndole prometerme en silencio que siempre me seguiría cuidando… Y sigo escuchando nítidamente su voz en mi cabeza, como si nunca se hubiera ido.

.

.

Cada año el mismo texto, el mismo recuerdo, la misma sensación.

Te mando un abrazo enorme estés donde estés. Tu recuerdo es eterno ❤