Son las 7.00h de un miércoles que parece lunes.
Sigo acostándome muy tarde y abriendo los ojos demasiado pronto.
Sigo pensando en más de mil cosas al mismo tiempo. Cosas buenas, muy buenas, malas y regulares.
Sigo pensando por las mañanas que no pasa nada, que llegaré más cansada la noche siguiente y esta vez sí, dormiré.
No sucede…
Pero me acostumbro, sonrío, me lavo la cara y pongo la cafetera. Abro las ventanas y me dejo envolver por el olor de mi café favorito saliendo despacio y por el fresquito de la huerta cuando amanece.
Sigo recordando momentos, anclada en el pasado y sigo haciendo planes y dando vueltas a qué sucederá, pensando en el futuro.
Eso es lo que le ocurre a la mente cuando no estamos centradxs. Perdemos la conexión de la mente, el cuerpo y lo que estamos viviendo.
Vivimos entre recuerdos pasados y proyectos futuros sin darnos la oportunidad de conectar con lo que realmente importa, que es este preciso instante. Se nos olvida trabajar la presencia. Se nos olvida, o nos cuesta. Que no siempre es lo mismo.
El yoga, el yin, la meditación y todo lo que nos invite a estar presentes son herramientas muy valiosas para trabajar esa desconexión que tantas personas, en tantos momentos, vivimos.
Está bien recordar y está bien hacer planes, pero también hay que
E S T A R. Aquí y ahora.
Escucha y presencia.
Cuando duermo poco divago por las mañanas.
Hablo poco y escribo mucho. Y aunque no suelo compartirlo….hoy me apetecía hacerlo.
Feliz miércoles. Hoy empiezan mis clases grupales y no puedo tener más ganas de sentir la sala llena de respiraciones 🖤🍃