Es posible que nunca le haya escuchado decirme que me quiere, pero cuando me mira en silencio sé que ante sus ojos desaparece todo lo que hay a mi alrededor.
Suele huir de las sobredosis afectivas y del contacto directo, se evade mirando al suelo cuando le digo que le quiero y esquiva mis abrazos si me pongo pesada, pero sonríe mucho mientras lo hace. Y cada vez que le hablo
Se emociona cuando me voy y cuando vuelvo de algún viaje. Y cuando le cuento algunas de las cosas que hago, escribo o sueño
Si pudiera me metería en una caja de cristal, más frágil aún de lo que él cree que soy, para detenerme y conservarme intacta siempre. Para que dejara de subir montañas o exponerme de cualquier modo a la vida. Respira entrecortado y dice menos de lo que está pensando cuando se preocupa por mí
Le aterran los riesgos, le asustan las aventuras, lo nuevo y el mar. Y una gran inseguridad le hace cuestionarse a diario la mitad de sus actos y los de los demás…Pero ha aprovechado cada momento de su vida haciendo lo que más le ha gustado y cuidándonos a todas
Parece serio, duro y gruñón. Pero es extremadamente sensible, emocional y humano. Solo hay que conocerlo un poco para saber que tiene un corazón increíble
Lo he visto llorar cuando ha sentido que yo andaba perdida y me costó años hacerle entender que mi vida era perfecta como yo la estaba soñando y no como él la había proyectado para mí. El día que lo entendió se que fue más libre y feliz y pudimos empezar a entendernos como nunca.
No hace falta que me diga que me quiere. Lo sé cada vez que lo miro
Y aunque se reserve sus palabras, sus ojos le delatan y sé que me admira, valora y respeta tanto o más que yo a él
Y es perfecto así .